Hace unos años escribí un poema titulado Tatuajes. A la fecha no lo había publicado, pero lo leí el año pasado durante un recital en una librería de Bogotá. La cuestión es que recordé anoche dicho poema, ya que una joven colombiana me taggeó en un post de Instagram donde aparece su brazo con unos versos míos tatuados.
La acción me acordó mi poema y se me ocurrió que sería bueno compartir la foto y el poema. También, para quienes quieran oír una versión del poema en audio acompañada de una batería, pueden hacerlo aquí debajo:
TATUAJE
quiero hacerme un tatuaje
tengo más de cuarenta
y aun no tengo tatuajes
no quiero morir sin tatuajes
cada vez que ando
en las calles
veo tatuajes tribales
calaveras en los hombros
veo tatuajes de animales
tan horribles
que se me van las ganas
de tatuarme
y es que imagínense
hacerse un tatuaje
y a la semana arrepentirse
y lamentarse
o que al tatuarte
el nombre de tu novia
a la semana te deje
por otro o por otra
y luego intentar
borrártelo con láser
con cremas
con operaciones quirúrgicas
y nada
y he visto personas con el cuerpo
lleno de tatuajes
deambulando por las playas
y me gustaría preguntarles
si el primero
que se hicieron
fue tan malo
que se han pasado
la vida tatuándose
en busca del
que les dejara
satisfechos
el non plus ultra
el tatuaje perfecto
y ese tatuaje
podría ser un
verso estupendo
pero una española
se tatuó uno de Neruda
cuando el chileno
estaba de moda
y ahora que pasó de moda
y todo el mundo lo odia
nadie la ha vuelto a ver
en mangas cortas
y me gusta que las mujeres
se tatúen versos
y que al desnudarlas
tengamos material de lectura
y que sorpresa fuera
toparse con mis versos
en uno de esos cuerpos
y los peores poetas son quienes
se tatúan sus propios versos
y bueno el dilema
sobre qué tatuarse
no me deja dormir
y el tatuador me repite
no lo pienses mucho
solo hazlo y con el tiempo
te acostumbrarás
del mismo modo
que te has acostumbrado
a tu barba o a tus lunares
y me paro frente al espejo
y veo mi casta carne
sin tatuajes
y vislumbro
todas las posibilidades
de tatuajes
cubriendo cada milímetro
de la epidermis
como si fuese
El Hombre Ilustrado
de Ray Bradbury
hasta que apago la luz
y desaparecen mi reflejo
mi cuerpo
y yo
me gustaría haberlo escrito yo... es excelente!!!
AUCH!!!!! yo también quiero un tatuaje...
genial interpretación del poema.